"Nací felino y soy muy terco en mi camino. Soy un gato y al que no le guste que no mire más, que hay ciertas cosas que yo no puedo cambiar. Y al que no le guste mi color, mi forma de maullar, hay mil rincones donde se puede mirar. Soy un gato, tuve suerte, de no ser un ser humano de esos que sólo hacen daño".

sábado, 2 de febrero de 2019

Nada es lo que parece


Desperté pensando e imaginando un sueño, la somnolencia no me dejaba distinguir la realidad de mi imaginacion. Conforme iba a caminando el puente más alto del mundo seguía dudando si mis pisadas eran certeros o no. Quise saltar y notar si lo que veia en su profundo era algodón de azucar o nubes salpicados de fresas. No quise pensar más ni dudarlo, no me detuve quería conocer el final del puente antes de tirarme a la borda. El camino cada vez se tornaba más complicado. Las nubes empezaron a complicar mi vista y cual condensación se manifestaron en forma líquida brontando de mis ojos. Aquella sensación hacía mi pisar inestable pero tenía una corazonada de que al final del puente me sintiría mucho mejor. Las nubes desaparecieron pero el clima empezó a cambiar y los días eran oscuros, cada uno era un diluvio interminable. Aquel momento solo evitó que mi pisar perdiera firmeza y pude resvalar millones de veces, logré tener estabilidad al cogerme de brazos y piernas a cada extremo del puente. La lluvia paró pero sus días comenzaron a ser bastante brillantes y perturbadores; eran tan cegadores que solo podía continuar de espaldas. Pasaron los días las noches y lluvias. Y solo me faltaba un paso para llegar al otro lado cuando noté su presencia, aquella persona causaba en mi una sensación de paz pero al momento de acercarme extendió sus brazos y me tiró al abismo.