"Nací felino y soy muy terco en mi camino. Soy un gato y al que no le guste que no mire más, que hay ciertas cosas que yo no puedo cambiar. Y al que no le guste mi color, mi forma de maullar, hay mil rincones donde se puede mirar. Soy un gato, tuve suerte, de no ser un ser humano de esos que sólo hacen daño".

lunes, 13 de marzo de 2017

We The Lion (made in Perú)


Con el tema de la música, considero que tengo un oído muy versátil; y es que, me gusta y aprecio todo tipo de estilos. Escuchar y disfrutar desde cumbia hasta metal, de andino a merengue, de romántico a urbano, de sinfónica a hip hop; por mencionar unos. La música está para bailarla, cantarla, sentirla, gritarla, en fin vivirla. A pesar de eso, soy muy inconstante con las bandas. No soy fan de nadie, no sé el álbum completo de ninguno, sé muchas canciones pero no todas del mismo intérprete o banda.

Hace unos años, cuando me animé a gastar mi plata en conciertos, me pregunté: "ya, ¿a qué banda iría a ver?" y mi respuesta fue un largo pensar, no había ni una de la que valdría la pena ir porque no sabría que cantar y cómo acompañarlos ¡qué cólera! Después, de tanto pensar, recordé que siempre había escuchado a la Oreja de Van Gogh (con Amaia Montero) y que gracias a la compra y regalos de unos Cd's me sabía todas las canciones de ellos, estaba decidido apenas anunciaban concierto: debía ir. A los pocos días publicaron la separación de Amaia Montero y todo se fue al tacho. Sí, no me gusta mucho Leire. y no volví a pegarme más a sus álbumes.

Así que, si me preguntan por mi banda o interprete favorito, siempre responderé: La Oreja de Van Gogh con Amaia Montero, porque es la única de la que al menos me sé varias canciones y obviamente me encantan pero de los demás sólo escucho unas cuantas y las dejo, descubro otras, escucho unas cuantas y las dejo; claro que las que escucho me gustan pero no se porqué pero las dejo o sea, sí sé (soy inconstante en varios aspectos y este es uno de ellos).

Pero gracias a esa particularidad me permito escuchar todo, viéndole el lado bueno. Hace unos días descubrí una banda buenaza, me gusta muchísimo su sonido y ni que decir de sus letras me reconfortaron cuando más lo necesitaba. Lo mejor de todo es que son peruanísimos.


No sé hasta cuando me dure el gusto por esta banda pero no puedo dejar de escucharlos desde que los descubrí y en especial está canción, es la mejor.



domingo, 12 de marzo de 2017

esencia


Hoy empieza mi año, tras un 2016 intermitente y un comienzo 2017 confuso.

Ayer 11 de marzo era una fecha especial, sí era, porque hoy no es más que un bonito recuerdo. Hasta ayer esperé en vano, tras altibajos, desvelos, pensamientos y recuerdos. Comprendí que no podía continuar así: era inhumano, masoquista y definitivamente insano. Por ello, ayer decidí dar mis últimos pasos al pasado entre una despedida importante y echar al tacho recuerdos, opté por mi bienestar.

Hoy me limpio del pasado sin vergüenza, porque reconocer que sufrí y rogué no es ninguna razón de tenerme pena, por eso mis lamentos escritos no pienso eliminarlos ni literal ni emocionalmente. Fue un aprendizaje, experiencia que debía vivir alguna vez para entender que hay ciertas cosas que no son correctas.
Hoy reconozco mis errores y me perdono, porque también pedí perdones y no puedo cambiar lo hecho y deshecho, finalmente no soy perfecta. La culpa era una carga demasiado pesada que debí arrojar para continuar con mi vida, entendiendo que ser egoísta no es siempre la mejor respuesta.
Hoy entendí que la única solución de mi depresión es seguir amándome, seguir proyectándome, seguir mis metas, seguir mis intereses, seguir creciendo, seguir mi esencia, seguir mejorando, seguir.
Hoy deseo que con el tiempo entienda todo lo sucedido; siempre creí que en la vida sólo amabas una vez y que si no te amaban eso no podía ser considerado amor. A su vez, consideraba que el amor era para siempre y que si no era así esa persona nunca te amó de verdad. Obviamente ya no tengo idea de que pensar y dejos mis sentimientos a cargo del tiempo.

Hoy empiezo mi proceso. Decidí regresar a escribir porque es una afición que, inicié gracias al desempleo y hoy por hoy es nuevamente una excusa para retomarlo. Escribir aquí me hace bien y no necesariamente debe existir alguien que me lea, escribo porque es una manera de desahogarme y purificarme.

Hoy me permito soñar, ilusionarme, imaginar positivamente. También merezco ser feliz.