¿Quién no ha dedicado una canción?
Todos en algún momento hemos dedicado esa canción tan precisa, exacta,
coincidente y/o extremadamente identificable. Yo en particular no sabía cuántas
canciones he dedicado hasta tomarme la molestia, sí, de realizar un recuento de
estos, sólo de los últimos 4 años. Cuando se tiene herramientas llámese ‘facebook’
que facilitan el recordar deja de ser complicado “hacer memoria” por lo que, no
sólo volví a cantarlas sino también trajeron a mi mente algo más que canciones;
bien dicen: “recordar es volver a vivir”.
Además de las canciones para mis
gatitos, esos que los autores dedican a tan misteriosas criaturas, y frases
famosas; yo dediqué y me dedicaron canciones de amor, creo que es lo típico ¿verdad?
Siempre está esa canción que: “habla de nosotros” y “siento así”. Pero hay
canciones que te marcan más y que cuando las vuelves a escuchar (como hoy) llegan
a tu mente, de acuerdo a tu estado actual, con la más súbita depresión o con la
más dichosa felicidad; tú eliges.
Nothin’ on you, just the way you are, contigo,
505, lovesong, soñé, forever with you
Pero ciertamente existen momentos
en la vida y oportunidades en las que no te limitas a dedicar canciones al
amor, sino que además: a ti, a tu padre, madre, hermano (a), amigo (a) y ¿por
qué no? a tu mascotita. Este es mi caso y la razón por la que creo este post,
no hay mejor manera de sentir que una canción es tuya, cuando llega a
fortalecerte brindándote ánimos y esperanzas; esa es la mejor parte de una canción
dedicada, que porque es tuya y para ti, te funciona.
Yo te extrañaré, I’ll be missing you, Fabricando
fantasias, The moon song (me cantaron), Stop crying your heart out, 93 million
miles
También existen canciones que únicamente
resulta posible escucharlas sola, con audífonos, en la noche, tapada bajo la
manta y en voz alta. Hoy por hoy para mi es: See you again.
¡Qué sería de la vida sin la música,
para nuestra tranquilidad y apacible existencia!