"Nací felino y soy muy terco en mi camino. Soy un gato y al que no le guste que no mire más, que hay ciertas cosas que yo no puedo cambiar. Y al que no le guste mi color, mi forma de maullar, hay mil rincones donde se puede mirar. Soy un gato, tuve suerte, de no ser un ser humano de esos que sólo hacen daño".
martes, 26 de junio de 2018
Mis demonios
Ágilmente salté hacia el muro, debía esconderme, ya no soportaba el intenso ruido; mi cabeza explotaría si permanecía un segundo más. Escalé hasta la cima del cielo, con la vista panorámica de mi vida, a la luz de la luna y tras un largo suspiro: grité.
Grité tan fuerte, una y otra vez. Grité cansancios, temores, angustias, desesperaciones, preocupaciones, miedos y sobretodo mi tristeza. Me detuvo el sollozo casi incontrolable, la agitación y mi pecho a punto de cerrarse; me dificultaba respirar y sentí mi estomago revolotear. Estaba mal. Estaba asustada. Estaba increíblemente estresada.
Las lagrinas y los gritos resonaban en mis oídos, no había terminado, no estaba tranquila. Mire fijamente a la luna y le pregunté:
- Es necesario continuar? Podría fácilmente saltar y desaparecer, no caería en 4 patas, solo caería. Le dije
- Entonces salta. Respondió
- Tengo miedo. Todo hice y aún así todo resulta igual.
- Entonces salta. Volvió a decir