"Nací felino y soy muy terco en mi camino. Soy un gato y al que no le guste que no mire más, que hay ciertas cosas que yo no puedo cambiar. Y al que no le guste mi color, mi forma de maullar, hay mil rincones donde se puede mirar. Soy un gato, tuve suerte, de no ser un ser humano de esos que sólo hacen daño".

lunes, 16 de noviembre de 2009

Emilio, tú mi abuelo

La familia es disfuncional y poco comunicativa; en ocasiones, mientras más integrantes, peor. Las distancias no siempre son los motivos de alejamiento entre los integrantes. La misma sangre puede llegar a apuñalarte literalmente por la espalda.

Hace 8 años, mi familia perdió a su patriarca, a su Señor, al verdadero HOMBRE de la casa; hace 8 años esta familia no hace más que disputarse por terrenos y propiedades, incluso pelear con uñas y dientes por un lugar en ésta.

Hace 8 años que, sus nietos que, somos 11 (y 1 más), tan sólo 4 lo pueden recordar con cariño y como si, su última propina hubiera sido ayer. Sé que por motivos de la vida cada uno de ellos se ha alejado, pero siempre hay una razón o ganas de regresar; como esos 4 primos inseparables.

Te extraño abuelo; recuerdo como si fuera ayer, cuando vivía contigo y las tardes en que te iba a visitar:

- Siempre te veía tomando tu café bien cargado.
- Las galletas de Soda Field eran tu delicia.
- Por ti es que como plátano con pan (francés de preferencia).
- Por más que te gritaban y prohibían, una gran cantidad de ají adornaba siempre tu plato.
- Las filas indias que hacíamos para recibir la gran propina.
- Las preferencias que tenias como hombre, con sus nietos.
- Las siestas que tenías, después de recibir el arrumaco de mi hermano.
- La risa, tus bromas, tu espíritu.

Recuerdo que, cuando falleciste, tenía miedo de entrar a tu cuarto; y me decía "tú no me asustarías, ¿verdad abuelo?" que inocente.

Hoy fui a visitarte, que ingrata que había sido; hacía 5 años aproximádamente que, no lo hacía (no escribiré excusas).

Con mi madre te llevamos las flores más bonitas, lo adornamos, te apreciamos, lloramos y te hablamos.

Muy pronto, otra vez, regresáremos; no comas ansias abuelo.