La familia es disfuncional y poco comunicativa; en ocasiones, mientras más integrantes, peor. Las distancias no siempre son los motivos de alejamiento entre los integrantes. La misma sangre puede llegar a apuñalarte literalmente por la espalda.
Hace 8 años, mi familia perdió a su patriarca, a su Señor, al verdadero HOMBRE de la casa; hace 8 años esta familia no hace más que disputarse por terrenos y propiedades, incluso pelear con uñas y dientes por un lugar en ésta.
Hace 8 años que, sus nietos que, somos 11 (y 1 más), tan sólo 4 lo pueden recordar con cariño y como si, su última propina hubiera sido ayer. Sé que por motivos de la vida cada uno de ellos se ha alejado, pero siempre hay una razón o ganas de regresar; como esos 4 primos inseparables.
Te extraño abuelo; recuerdo como si fuera ayer, cuando vivía contigo y las tardes en que te iba a visitar:
- Siempre te veía tomando tu café bien cargado.
- Las galletas de Soda Field eran tu delicia.
- Por ti es que como plátano con pan (francés de preferencia).
- Por más que te gritaban y prohibían, una gran cantidad de ají adornaba siempre tu plato.
- Las filas indias que hacíamos para recibir la gran propina.
- Las preferencias que tenias como hombre, con sus nietos.
- Las siestas que tenías, después de recibir el arrumaco de mi hermano.
- La risa, tus bromas, tu espíritu.
Recuerdo que, cuando falleciste, tenía miedo de entrar a tu cuarto; y me decía "tú no me asustarías, ¿verdad abuelo?" que inocente.
Hoy fui a visitarte, que ingrata que había sido; hacía 5 años aproximádamente que, no lo hacía (no escribiré excusas).
Con mi madre te llevamos las flores más bonitas, lo adornamos, te apreciamos, lloramos y te hablamos.
Muy pronto, otra vez, regresáremos; no comas ansias abuelo.