A unos pocos días de mi cumpleaños respiro y pienso "estoy cagada".
Ahora que me encuentro desempleada pude darme cuenta que, a pesar de no gustarme estar ahí, era definitivamente un escape mental y si bien sentí un alivio de no continuar más, esta situación me ha obligado a pensar y yo odio pensar.
Al principio fue fácil: por qué no tener un año sabático? Lo merezco. La realidad era que no quería preocuparme más como toda mi vida lo hice. Quería relajarme, tranquilizarme, calmarme, apaciguarme y dejar que todo pase como deba pasar. Pero no era lo único que me quitaba el sueño, pero para aquello también opté por dejarme llevar.
Hoy volví a hacerlo, eso que odio: pensar. Pensé en todo, a dónde va mi vida? qué estoy haciendo? Dónde estoy? Qué estoy haciendo? Por qué? A dónde va mi vida? Eso quiero para mi? Así lo quiero? Qué quiero? (Las preguntas se repiten tal cual). Y sólo concluyo diciendo: me duele mi cabeza, sinceramente estoy cagada.
Ya soy grande y no me sirve de nada sigo sin saber qué hacer ni cómo. Pero sonreiré para que nadie se de cuenta porque lo único que sé es que soy fuerte.