"Nací felino y soy muy terco en mi camino. Soy un gato y al que no le guste que no mire más, que hay ciertas cosas que yo no puedo cambiar. Y al que no le guste mi color, mi forma de maullar, hay mil rincones donde se puede mirar. Soy un gato, tuve suerte, de no ser un ser humano de esos que sólo hacen daño".
martes, 8 de diciembre de 2009
Y él regresó...
Tras cientos de horas, por fin pudo sentirse mejor;
unos cigarros al lado, delataron la angustia y desesperación,
la amargura en su corazón, la había cegado,
no pudo ver que alrededor, algo estaba perdiendo
no sabía que se arrepentiría luego...
Tras cientos de días pudo saber,
lo que hace cientos de horas había perdido,
varias tazas de café a medio tomar,
delataban las horas que tenía sin descansar;
no quiso admitir su error
y otra vez lo estaba perdiendo
y ella sabía que, no se arrepentiría...
Tras cientos de meses lo reconoció;
unas copas de vino a su costado,
delataban su obstinado estado;
pero no quiso pedir perdón,
lo había perdido y jamás lo recuperaría
pero ella siguió aturdida, pensando
que, poco a poco ya se estaba arrepintiendo...
Tras cientos de años, volvió;
el gato que alguna vez la abandonó.
Ella no estaba ahí, pero en una nota admitió:
"no quise entender, la razón por la que te fuiste,
me dejaste sola, cuando más te necesitaba,
no puedo vivir sin ti a mi lado, así que decido
ir a buscarte y a encontrarte; y, si alguna vez tú regresas
y encuentras esta nota, estaré segura que, pronto
te encontraré"
Tras unas cuantas décadas, ella volvió
al lugar en donde todo comenzó, se sentó
y no notó, que a su lado una cálida corriente de aire pasó
algo que le aturdió, el gato regresó, la esperó y con ella a su lado reposó.